martes, 17 de enero de 2012

EL HEDONISMO.

Hedonismo

Tomado de: De Wikipedia, la enciclopedia libre.

El hedonismo es la doctrina filosófica basada en la búsqueda del placer y la supresión del dolor como objetivo o razón de ser de la
vida. Es la doctrina que considera el placer como el fin de la vida, por lo que
se deduce que los seres humanos deberíamos dedicarnos exclusivamente a vivir en
su eterna búsqueda.
Las
dos escuelas clásicas del hedonismo, formuladas en la Grecia antigua, son la escuela cirenaica y los epicúreos:
a)
Escuela cirenaica: se plantea que los deseos
personales se debían satisfacer de inmediato sin importar los intereses de los
demás. Esta teoría fue expuesta por un grupo llamado los cirenaicos.
b)
Epicúreos: formulada por los epicúreos o
hedonistas racionales, seguidores del filósofo Epicuro de Samos, quien vivió en Grecia entre el 341 y el 270 a.c. La
doctrina que predicó Epicuro de Samos ha sido modificada o confundida a través
de la historia, hasta el punto de que algunos lo toman como un libertino
mientras que otros lo consideraron una faceta.
Epicuro consideraba que la felicidad
consiste en vivir en continuo placer, porque para muchas personas el placer es
concebido como algo que excita los sentidos. Epicuro consideró que no todas las
formas de placer se refieren a lo anterior, pues lo que excita los sentidos son
los placeres sensuales.
Existen otras formas de placer que
según él se refieren a la ausencia de dolor o de cualquier tipo de aflicción.
También afirmó que ningún placer es malo en sí, sólo que los medios para
buscarlo pueden ser el inconveniente, el riesgo o el error.
Existen
escritos de Epicuro
y de sus seguidores que nos muestran sus doctrinas: entre los deseos, algunos
son naturales y necesarios, algunos naturales y no necesarios y otros ni
naturales ni necesarios, sólo consagrados a la opinión vana. La disposición que
tengamos hacia cada uno de estos casos determina nuestra aptitud para ser
felices o no.
a) Dentro de los deseos naturales y
necesarios encontramos las necesidades básicas físicas, como el alimentarse,
calmar la sed, el abrigo y el sentido de seguridad.
b) Dentro de la clase de naturales e
innecesarios están , la conversación amena, la gratificación sexual, las artes,
etc.
c) Dentro de los placeres innaturales e
innecesarios están la fama, el poder político, el prestigio, etc.
Epicuro formuló algunas recomendaciones en
torno a todas estas categorías de deseos así:
1) Debemos satisfacer los deseos
naturales necesarios de la forma más económica posible.
2) Podemos perseguir los deseos
naturales innecesarios hasta la satisfacción de nuestro corazón, no más allá.
3) No debemos arriesgar la salud, la
amistad, la economía en la búsqueda de satisfacer un deseo innecesario, pues
esto sólo conduce a un sufrimiento futuro.
4) Hay que evitar por completo los
deseos innaturales innecesarios pues el placer o satisfacción que éstos
producen es efímero.
La
filosofía epicúrea ganó un gran número de adeptos. Fue una importante escuela
de pensamiento que perduró durante siete siglos después de la muerte de su
creador. Hacia la Edad Media decayó y fueron destruidos muchos de sus escritos.
Sin embargo hoy existen remanentes de esta doctrina que han sido compilados y
difundidos por el mundo.
Los
epicúreos sostenían que el placer verdadero es alcanzable tan solo por la
razón. Hacían hincapié en las virtudes del dominio de sí mismo y de la
prudencia. En los siglos XVIII y XIX los filósofos británicos Jeremy Bentham, James Mill y John Stuart Mill hicieron la propuesta de una
doctrina universal más conocida como utilitarismo. Según esta teoría el
comportamiento humano debe tener como criterio final el bien social. Hay que
guiarse moralmente buscando todo aquello que proporciona y favorece el bienestar
de un mayor número de personas.
Después de analizar el documento
sobre el hedonismo hemos llegado a las siguientes conclusiones:
a) Todos los seres humanos hemos nacido
con la posibilidad de experimentar placer.
b) El placer no es bueno, ni malo,
simplemente existe.
c) Lo bueno o lo malo del placer reside
en cómo se busca y hasta dónde llega.
d) Todos los extremos son
inconvenientes, el exceso de placer se convierte en vicio.
e) El placer no es solamente la
gratificación sensual o sexual como piensan la mayoría de las personas.
f) Hay placeres tan simples y
deliciosos como comerse un pedazo de tarta, o mirar la última alineación
planetaria.
g) Existen placeres que a la postre
traen infelicidad, insatisfacción o contratiempos, por ejemplo la popularidad o
la fama.
h) El mayor placer para el género
humano debe girar entorno del servicio de los demás.
i) Si aprendemos a distinguir
verdaderamente lo que es placer, podremos vivir muchos momentos de felicidad.



Las escuelas clásicas del hedonismo
Las
dos escuelas convergen en el detestar la superstición y la religión y basar la conducta y el juicio
mediante la experiencia y la razón. Así anticipan las posiciones del humanismo y del iluminismo posteriores. De
todas formas, difieren en lo siguiente:
1-La
escuela cirenaica (siglos IV y III a. C.) fue fundada
por Aristipo de Cirene, fue una de las más antiguas escuelas socráticas y enfatizaba sólo un lado de las
enseñanzas de Sócrates. Tomando la afirmación de Sócrates
de que la felicidad es uno de los fines de la acción moral, Aristipo mantenía
que el placer era el bien superior.
Él
decía que las gratificaciones corpóreas , las cuales el consideraba intensas,
eran preferibles a las mentales. Ellos también negaban que debamos posponer la
gratificación inmediata para la ganancia a largo plazo. En este respecto ellos
difieren de los epicureistas.
2-El
epicureísmo identificaba al placer con la
tranquilidad y enfatizaba la reducción del deseo sobre la adquisición inmediata
del placer. En esta forma, el epicureísmo escapa a la objeción precedente:
mientras el placer y el bien mayor son de hecho lo mismo, Epicuro argumentaba
que el placer más alto consiste de una vida simple, moderada, que se vive con
amigos en discusión filosófica.
Él
enfatizaba que no era bueno hacer algo que a uno le haga sentir bien si, cuando
se lo experimentaba, uno después denigraría las experiencias posteriores y
éstas no le harían sentirse bien. Así mismo afirmaba que a veces por tener placeres
momentáneos intensos se sacrifica el bienestar posterior. En tanto él entendía
por placer la ausencia de dolor.
Hedonismos
Dentro
del hedonismo en sentido estricto se pueden distinguir dos formas del mismo, de
acuerdo con los dos significados que tiene el término placer. Éste designa al
placer sensible o inferior, y al placer espiritual o superior. En consecuencia,
habrá dos formas de hedonismo, llamadas
hedonismo absoluto
y hedonismo mitigado, o eudemonismo.
Por
lo que se refiere al hedonismo psicológico, son varias las doctrinas existentes
según la determinación temporal del placer. La teoría del placer de los fines o
"hedonismo psicológico del futuro" sostiene que el placer personal es
el fin último y único de una persona.
El
hedonismo no consiste en afirmar que el placer es un bien, ya que dicha
afirmación ha sido admitida por otras muchas doctrinas éticas muy alejadas del
hedonismo, sino en considerar que el placer es el único y supremo bien.
El
término hedonismo puede tomarse en dos sentidos, lato y estricto. En el
primero, hedonismo sería una teoría ética de gran amplitud en la que la palabra
placer tendría un significado muy extenso, abarcando tanto el placer como la
utilidad; en este sentido se encuadraría dentro del hedonismo el utilitarismo.
En
un sentido más restringido, el hedonismo se diferencia del utilitarismo,
fundamentalmente, porque el primero cifra el bien en el placer individual,
mientras que el segundo afirma como bien sumo el placer, el bienestar y la
utilidad sociales; el hedonismo tiene carácter individualista, el utilitarismo
es de índole socialista (en el sentido etimológico de la palabra). El punto de
vista que sostiene que la satisfacción humana se encuentra en la búsqueda y
posesión del placer material y físico.
El
hedonismo radical sostiene que todos los placeres físicos deben ser satisfechos
sin ninguna restricción, mientras que el hedonismo moderado afirma que las
actividades placenteras deben ser moderadas, para que así aumente el placer. En
ambos casos el placer es la principal motivación del comportamiento.
Hedonismo
contemporáneo
Dentro
de la filosofía contemporánea se destaca la figura de Michel Onfray como abierto proponente del
hedonismo. Él manifiesta en una entrevista que "Se cree que el hedonista
es aquel que hace el elogio de la propiedad, de la riqueza, del tener, que es
un consumidor. Eso es un hedonismo vulgar que propicia la sociedad. Yo propongo
un hedonismo filosófico que es en gran medida lo contrario, del ser en vez del
tener, que no pasa por el dinero, pero sí por una modificación del
comportamiento. Lograr una presencia real en el mundo, y disfrutar
jubilosamente de la existencia: oler mejor, gustar, escuchar mejor, no estar
enojado con el cuerpo y considerar las pasiones y pulsiones como amigos y no
como adversarios."[1]
Otra
figura destacable en defensa de este plantamiento hedonista es la escritora Valérie Tasso. Su libro Antimanual de sexo intenta abordar desde esta perspectiva el fenómeno de la
sexualidad humana con declaraciones como la siguiente:
"El
hedonismo es una actitud ante la vida. Es una filosofía vital que prima al
instante sobre el devenir, que reivindica la valentía sobre el miedo, que
respeta la materialidad y cuestiona el espíritu, que gestiona lo que sucede sin
despreciarse por lo que nunca sucedió, que aprecia la lógica de la vida y
cuestiona la lógica de la muerte, que sabe que lo suficiente es suficiente, que
busca el placer donde está, no donde se busca, que hace de su cuerpo su aliado
y no su prisión, que desea sin que lo esclavice su deseo, que emplea su tiempo
más que su dinero[...] El hedonista ejerce el difícil arte de establecer la paz
consigo mismo."[2]
Opositores al hedonismo y sus puntos
de vista
La
católica
se opone al hedonismo porque, según aquélla, mina los valores y virtudes de sus
dogmas precursores del eudemonismo espiritual. El hedonismo es considerado por
muchas religiones una actitud carente de moral, no porque aprecie algún placer,
sino porque lo antepone a las exigencias del amor a Dios y al prójimo. Para
ellos es una actitud egocéntrica que incapacita al sujeto para relacionarse con
otros a menos que sea para explotarlos y satisfacer su afán de placer.
El
filósofo británico G.E. Moore dedica gran parte de su libro "Princcipia
Ethica" (1903) a la refutación del hedonismo. Entiende que considerar que
el placer, y solamente el placer, es bueno significa cometer lo que él popularízó
en filosofía como "la falacia naturalista". Al decir que "el
placer, y solamente el placer,es bueno", "el placer" es tomado
como equivalente de "bueno". Así, la proposición "el placer es
bueno" significa realmente "el placer es el placer", tautología
de ningún interés ético. Moore defendía que el bien era indefinible, si bien
podían atribuírsele ciertas características que no obstante no delimitarían su
significación por completo.
La
Psicología positiva, basada en investigaciones
científicas de psicológica cognoscitiva, ha pensado muchas veces que sustentar
la felicidad en la búsqueda del placer, "la vida placentera",
conlleva a un mayor índice de insatisfacción. La búsqueda de una Felicidad
Auténtica, como indica el psicólogo Martin E. P. Seligman, implica poner un mayor enfoque en
el compromiso y el significado.
La
vida comprometida
está basada en gratificaciones que no pueden ser adquiridas por atajos, como
aprender un oficio, deporte, etc.; se busca el flujo, que es el balance
del reto con la habilidad. Por otra parte, la vida significativa son las
acciones y creencias basadas en algo mayor a nuestro ego, acciones motivadas
por un bien común, etc. Se ha dicho que aquellos que basan su felicidad en la vida
comprometida y la vida significativa cuentan con un índice de mayor
satisfacción en la vida.
La
"felicidad auténtica" es un concepto superior al simple hecho de
estar fuera de dolor, sentir placer, o no sufrir enfermedades psicológicas. Estos
datos, sin embargo, no son científicos, sino mas bien ideales. Mientras que la
mayoría de neurocientíficos cree que nuestro cerebro posee un sistema de
"castigo-recompensa", en el que algo que beneficiaría a nuestros
antepasados (comida, pertenecer a un grupo, tener sexo, etc.) hacen liberar endorfinas, las hormonas del placer: lo que
haría que los hedonistas tengan la razón.
Aunque se advierte que algunas partes de las
teorías hedonistas puedan ser morales y no precisamente abordan un tema
objetivo.
Referencias Bibliográficas.
1. Entrevista por Cecilia Bembibre
2. Tasso,Valérie. "Antimanual de
sexo". Temas de Hoy. 2009. Pag. 84